Ocho tradiciones auténticas búlgaras y habilidades transmitidas de generación a generación de distintas partes de Bulgaria han sido inscritas en la lista representativa nacional del Patrimonio Cultural Inmaterial y así se han convertido en parte de los Tesoros Humanos Vivos de Bulgaria. “Este año la iniciativa ha transcurrido con enorme éxito. Recibimos 22 candidaturas y todas ellas eran muy interesantes”, ha señalado para Radio Bulgaria Silva Hacheryan, directora de la Dirección de Cooperación Internacional, Programas Europeos y Actividades Regionales, adjunta al Ministerio de Cultura que está entre los organizadores de la campaña de recolecta de nominaciones.
La campaña se organiza cada dos años y es parte del programa piloto de la UNESCO Tesoros Humanos Vivos. La idea es documentar un elemento determinado del patrimonio inmaterial de Bulgaria y agradecer a sus portadores, las personas que mantienen vivas las tradiciones y habilidades auténticas amenazadas de desaparecer.
Los nuevos tesoros humanos vivos de Bulgaria son:
La boda tradicional de la aldea de Ribnovo y el proceso de pintar la cara dela futura esposa. El portador grupal de la nominación son los vecinos de la aldea rodopiana de Ribnovo.
Las rondas típicas tradicionales de la aldea de Vrav, en la región de Vidin, ejecutadas por el conjunto de folclore auténtico Dorticum.
El joven maestro Boyan Mínchev, perteneciente a la tercera generación de pasteleros, que conserva los conocimientos y las habilidades para la producción tradicional de delicias de pastelería en la región de Gabrovo.
La preparación del tradicional zelnik de Kiustendil por el grupo femenino de la Casa de cultura Zhabokrat. Este tipo de bánitsa se hace con dos tipos de relleno y tres maneras de doblar el hojaldre y se asa en el horno en un recipiente de arcilla que se utilizaba en el pasado.
Día de los derviches, presentado por el Grupo derviche en la aldea de Tserovo en Pazardzhik. La fiesta se organiza el domingo que precede la Cuaresma de Pascua de Resurrección cuando toda la aldea se reúne en la plaza para observar las mascaradas de los kuker.
Preparación de Macun según una tecnología tradicional en la aldea de Smilets, en la región de Silistra.
Decoración de huevos con cera en Etropole mediante una antigua técnica.
“Los nuevos tesoros humanos vivos serán publicados en la página web del Ministerio de Cultura, donde se pueden ver todas las candidaturas de cada región del país. Cada uno puede entrar en contacto con estas personas, ir y ver qué es lo que hacen ya que esto es sumamente curioso y tiene un elemento educativo. Ellos tienen un potencial inapreciable para el turismo local, para los búlgaros y los extranjeros, que están interesados en este tipo de cosas”, explica Sliva Hacheryan.
Los premiados recibieron un certificado por su aportación a la conservación y la promoción de la identidad cultural nacional búlgara personalmente por el ministro de Cultura Kalin Veliov, y se les aseveró que serán apoyados por el Estado para seguir perfeccionando sus habilidades y trasmitirlas a las generaciones futuras, señala Silva Hacheryan.
“La idea es que estas personas en la misma comunidad, los portadores individuales o los grupos, según la terminología del Convenio de la UNESCO, conservan cada día estos elementos, sus tradiciones y sus habilidades. Ellos procuran encontrar cada vez más personas jóvenes que continúen estudiando con ellos. Este es el sentido de la iniciativa. De parte del Ministerio de Cultura apoyamos a estos portadores del patrimonio cultural inmaterial mediante distintos programas en los cuales pueden postular para diseñar proyectos, adquirir lo necesario y continúen la tradición en el futuro”, termina diciendo Silva Hacheryan.
El 17 de diciembre bajo la cúpula de El largo en Sofía será inaugurada la muestra Tesoros humanos vivos-Bulgaria que presentará los 44 elementos del patrimonio cultural inmaterial búlgaro, inscritos en el periodo de 2008 a 2024, incluidas las más recientes propuestas de este año.
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